Los problemas que sufren los afectados por el autismo,
un trastorno que perjudica a la capacidad de las personas para la
socialización, la comunicación o la reciprocidad emocional, son una constante amenaza de soledad y aislamiento.
Una de las aplicaciones emergentes dentro del ámbito de la robótica social es proporcionar terapia a niños con autismo.
El empleo de robots con capacidades lingüísticas para el acompañamiento
y tratamiento de niños con trastornos autistas está siendo investigado
actualmente como una herramienta de ayuda y de apoyo a los especialistas
en terapia ocupacional.
Hace años que el ingeniero John-John Cabibihan,
doctor en robótica biomédica, investiga la aplicación del uso de robots
en diversos ámbitos de la sanidad. El estudio desvela las
investigaciones de su equipo de la Universidad Nacional de Singapur
acerca de la aplicación de estos ingenios mecánicos en el tratamiento
del autismo. Asimismo, señala las características de diseño que han de
atesorar para alcanzar una mayor efectividad en el tratamiento de este
problema.
La tecnología puede ocuparse de tareas terapéuticas que van más allá de la detección y el diagnóstico.
Los robots sociales sirven de ayuda al desarrollo de habilidades cognitivas, motoras, sensoriales y sociales.
"Pueden enseñar a los niños a iniciar un saludo, esperar su turno para
lanzar la pelota, mostrar la ruta hasta un objeto del interés de los
chicos y realizar movimientos que luego serán copiados por los niños",
afirma en su estudio el doctor Cabibihan.
Según sus investigaciones, los robots sociales son perfectos para esta labor porque "es más sencillo interactuar con ellos que con un humano,
sus acciones son perfectamente repetibles, y se pueden modificar de
distintas maneras para cumplir con las necesidades de niños distintos".
Autómatas para ayudar a niños autistas
Un estudio destacable es el impulsado por los investigadores del Centro de Investigación Enrico Piaggo de la Universidad de Pisa,
que han creado un prototipo de robot, de aperiencia femenina, para
entrenar a estos niños en el reconocimiento de las expresiones faciales.
En una prueba realizada a puerta cerrada, este androide al presentarlo a una veintena de niños con autismo,
no provocó rechazo alguno entre ninguno de ellos. "La idea de fondo es
que estos niños tienen una gran inteligencia, pero tienen problemas para
percibir las emociones. Nosotros no arreglamos su enfermedad. Pero
permitimos que aprendan a reconocer estas emociones usando un
ser que no les provoca, por ser artificial, el rechazo que sentirían
hacia un desconocido", explicó una de las investigadoras del proyecto, Daniele Mazzei.
Un
niño autista no entiende la sonrisa, ni si esta expresión tiene que ver
o no con felicidad. Este robot muestra al niño la similitud visual de
la posición de las facciones, como la curva de los labios o las arrugas
en torno a los ojos, y enseñan al niño qué es la sonrisa desde un punto de vista cognitivo.
En Croacia, un grupo de investigadores de la Universidad de Zagreb ha diseñado René,
un robot que ayuda a niños con autismo y que está equipado con un
micrófono, altavoces y una cámara. Este robot registra la voz del niño, evalúa cómo éste establece contacto visual con su entorno y analiza su comportamiento.
"El objetivo principal del proyecto es desarrollar un protocolo
para establecer un diagnóstico, queremos que tanto el robot como el
equipo humano puedan trabajar en paralelo a la hora de determinar dicho
diagnóstico", ha explicado Maja Cepanec, responsable del proyecto.
"Queremos trabajar con niños con autismo y niños que no padecen el
trastorno, para estar así seguros de que registramos los comportamientos adecuados y de que realizamos los análisis correctos", ha concluido el Cepanec.
Proyecto español: Robot Social IO
En
España, un ingeniero sevillano, Bernardo Ronquillo, ha desarrollado
Robot Social IO, un dispositivo de inteligencia artificial para favorecer el diagnóstico y el tratamiento del autismo, el síndrome de Asperger, trastornos del lenguaje y el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).
El dispositivo está ideado como una herramienta más de los psicoterapeutas mediante el cual los niños que padecen autismo y otros trastornos pueden continuar con los ejercicios en su propia casa.
El robot podrá interactuar con el niño e incluso jugar con él
para favorecer su enriquecimiento en habilidades sociales. Además,
tiene un panel táctil, es capaz de ver y dispone de una voz natural para
establecer un trato más cercano e íntimo con el niño.
El prototipo estará listo en septiembre y saldrá al mercado en un año aproximadamente a un precio muy asequible.
OPINIÓN PERSONAL
los niños con problemas de este tipo con esta nueva forma de vida les facilitan muchsimo la vida tanto para ellos mismos como para las personas de fuera y asi poder encontar una solución casi definitiva contra esta enfermedad crónica