Los sistemas de información en el parabrisas son
todavía algo muy poco habitual en nuestros coches, si bien algunos
modelos bastante populares y no muy caros, ya equipan un sistema HUD básico, pero funcional (como por ejemplo el Toyota Prius), aunque lo normal es que sea un equipamiento opcional y en modelos más bien caros o lujosos.
Sin embargo poco a poco los diferentes fabricantes están apostando
por este sistema y es muy probable que de aquí a unos diez años esté
mucho más generalizado. La ventaja del sistema es clara: permite
visualizar datos fundamentales durante la conducción frente a la línea
de nuestros ojos, sin requerir que apartemos la vista de la carretera ni
medio segundo.
HUD, como muchos sabréis, significa Head-Up Display,
es decir un visualizador (una “pantalla” si preferís) que podemos ver
con la cabeza alta, sin agacharla, ni apartar la mirada del horizonte.
Nació como tal en la aviación militar, para añadir información relevante
de vuelo y mira de objetivo sobre el vidrio de la cabina.
Se basa en el principio de reflexión de la luz sobre
un vidrio. Así que es básicamente un sistema de proyección sobre este.
Lógicamente la reflexión tal cual no suele resultar en imágenes siempre
nítidas o contrastadas, así que suelen añadirse algunos factores más a
la ecuación. Uno de ellos es aumentar la reflectividad del soporte, por
ejemplo haciendo que este sea algo más opaco y oscuro (por ejemplo un
vidrio tintado). En otras ocasiones se proyecta sobre una lámina
específica adherida al vidrio.
Otra estrategia (la más eficaz) es utilizar el efecto de polarización,
si la luz que se proyecta está polarizada, y la superficie sobre la que
se proyecta también lo está (con un tratamiento superficial), quedará
atrapada (no pasará a través del vidrio) y se comportará como una
superficie opaca, pero solo para la luz que se emite en una determinada
dirección, dejando pasar la luz que llegue en otras direcciones (por eso
se sigue pudiendo ver el exterior a través del vidrio).
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